El presidente Joe Biden retiró a Cuba de la lista de países que promueven el terrorismo, revertiendo una medida impuesta por Donald Trump. Esta decisión busca facilitar la liberación de presos cubanos con mediación del Vaticano, suspender demandas por expropiaciones de propiedades y aliviar sanciones financieras. Según la Casa Blanca, la política hacia Cuba se centra en empoderar a su pueblo, promover derechos humanos, reunificar familias, fortalecer vínculos culturales y educativos, y apoyar a empresarios independientes.
«Desde el comienzo de la Administración Biden-Harris, la política de Estados Unidos hacia Cuba se ha centrado en empoderar al pueblo cubano para que determine libremente su propio futuro y promover el respeto de los derechos humanos», dijo en un comunicado la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre.
Esa premisa, añadió, ha guiado las políticas «para reunificar a las familias cubanas, fortalecer los lazos culturales y educativos entre Cuba y Estados Unidos, permitir que las remesas fluyan más libremente al pueblo cubano y aumentar el apoyo a los empresarios cubanos independientes».
por otros lados Gobierno Cuba califica el anuncio como «decisión en la dirección correcta»
En un comunicado el Ministerio de Relaciones Exteriores de la isla subrayó que se trata de un paso «muy limitado» sobre una política «cruel e injusta». «La guerra económica permanece», agregó.
Además destacó que permanecen vigentes «el bloqueo económico y buena parte de las decenas de medidas coercitivas» de EE.UU. contra Cuba, reforzadas con un paquete de nuevas medidas durante el primer mandato del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump.
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, agradeció en las redes sociales «a todos los que contribuyeron a la decisión anunciada hoy por EE.UU. de excluir a Cuba de la lista de estados patrocinadores del terrorismo», junto «a otras dos medidas adoptadas», lo que «ha tenido un alto costo para el país y las familias cubanas».