El desenlace de La Casa de Alofoke, reality show creado y producido por Santiago Matías, marcó un antes y un después en la industria del entretenimiento digital dominicano. La gran final superó los 328 millones de visualizaciones en YouTube, alcanzadas en apenas ocho horas de transmisión, lo que constituye un récord sin precedentes para una producción de este tipo en la región.
Al cierre de la redacción, el conteo ascendía a 329,863,264 vistas, consolidando al proyecto como un fenómeno global dentro de la plataforma. Con este hito, La Casa de Alofoke no solo se posiciona como la apuesta digital más ambiciosa realizada en República Dominicana, sino que confirma su alcance internacional.
Una producción de impacto social y mediático
Más allá de la audiencia masiva, el proyecto evidenció la capacidad del entretenimiento digital para transformar realidades. Los siete finalistas celebraron premios millonarios, vehículos de lujo y, sobre todo, una proyección mediática que cambió sus trayectorias personales y profesionales.
Santiago Matías lo resumió con una frase que se volvió tendencia: “Aquí todos son ganadores”. Con ello, dejó claro que el verdadero impacto radica en cómo la visibilidad puede convertirse en una plataforma de movilidad social y de nuevas oportunidades.
Talento creativo y sello urbano
La propuesta visual, liderada por Hansel Duarte (Ghetto Graphicz), aportó un estilo urbano y contemporáneo que conectó directamente con la juventud dominicana. A esto se sumó la participación de más de un centenar de técnicos, creativos y productores, junto al respaldo de marcas comerciales que apostaron al formato multiplataforma.
El cierre de temporada estuvo acompañado de actuaciones musicales de Don Miguelo y Toño Rosario, que transformaron la final en un evento festivo y multitudinario.
Segunda temporada en camino
Con los récords en mano y el entusiasmo del público, Santiago Matías confirmó la segunda temporada de La Casa de Alofoke. Las expectativas son aún más altas, tanto en términos de producción como de impacto social y cultural.
Lo que inició como una apuesta digital se ha convertido en un fenómeno regional que redefine la manera en que se consume entretenimiento en República Dominicana y el Caribe.