Continúan los agravios del Reino Unido contra España en las aguas, de soberanía española, que rodean el peñón de Gibraltar. La Armada británica se ha adueñado de estas aguas y en los últimos días ha realizado una serie de maniobras con munición de fogueo. El Gobierno de Pedro Sánchez aún no ha denunciado públicamente estos hechos.
Se trata de las maniobras Surfex, muy habituales en Gibraltar desde hace años y que obligan a acotar un área marítima debido a los disparos de fogueo durante el ejercicio. Suelen realizarse en la cara este del Peñón, en las proximidades del litoral de La Línea de la Concepción, en aguas españolas pero que el Reino Unido reivindica como propias. Esta situación ha generado en varias ocasiones fricciones con las autoridades españolas.
La última vez ocurrió el pasado 3 de octubre. El patrullero de la Armada española Isla de León navegaba en dirección al litoral este de La Línea, tras atravesar la Bahía de Algeciras, cuando el buque británico HMS Cutlass salió a su encuentro para interceptarlo en el transcurso de unas maniobras que la Royal Navy realizaba en las aguas adyacentes a Gibraltar. En esa ocasión, el Ministerio de Asuntos Exteriores denunció los hechos.
El HMS Medway ha tomado el testigo de su hermano el HMS Cutlass en las recientes maniobras de la Armada británica en aguas españolas del Estrecho. Se trata del segundo de los cinco buques de patrulla en alta mar de clase River de la Royal Navy que operan normalmente en apoyo de los territorios británicos de ultramar en el Caribe. En diciembre fue sometido a un periodo de mantenimiento en la base naval de Gibraltar.
BASE ESTRATÉGICA
Gibraltar, taller de reparaciones de la Armada británica
En febrero, del mismo modo, hasta siete buques de la Armada británica realizaron el ejercicio de superficie en las mismas aguas. Según la comunicación oficial, el operativo incluía «maniobras de alta velocidad y disparos de fogueo al este de Gibraltar», en las proximidades del litoral de La Línea de la Concepción.
Estas maniobras son también una demostración de fuerza del Reino Unido en el marco de las negociaciones con la Unión Europea sobre la futura relación de la colonia británica con España y el resto de los Veintisiete tras el Brexit. Al respecto, no obstante, el Gobierno británico parece resignarse a que el acuerdo incluya un control de entrada a territorio Schengen.