Pese a la tranquilidad observada en el sudeste de Haití y su frontera con la República Dominicana, el mercado dominico-haitiano este viernes se convirtió en un bullicioso centro de comercio, atrayendo a numerosos vendedores y compradores de ambas naciones.
Los espacios del mercado estaban repletos de haitianos y dominicanos, tanto comerciantes como compradores, mientras que el transporte hacia las comunidades de Haití estaba en pleno funcionamiento. Las requisas realizadas por soldados del Cuerpo Especializado en Seguridad Fronteriza Terrestre (CESFRONT) a las personas que salían del comercio se llevaron a cabo con mayor agilidad. Sin embargo, en el puesto de control denominado El Badén, las inspecciones a motocicletas y vehículos que salían del mercado continuaron siendo una rutina, generando opiniones de que estas revisiones podrían ser vistas como un «peaje».
El número de vendedores y compradores de productos agrícolas, diversas mercancías y otros artículos convirtió este viernes el mercado de Pedernales en un bullicioso punto de encuentro para dominicanos y haitianos.
Los haitianos también cruzaron la frontera para vender productos como ropa usada, tenis, perfumes, electrodomésticos, utensilios de cocina, jabones, y víveres como yautía, ñame, cebolla, ajo, bebidas gaseosas y whisky. Estos productos son vendidos en los poblados de Anse-à-Pitre, Jacmel, Thiotte y otras comunidades fronterizas, utilizando el dinero de sus ventas para comprar productos agrícolas en el mercado dominicano.
Los haitianos también cruzaron la frontera para vender productos como ropa usada, tenis, perfumes, electrodomésticos, utensilios de cocina, jabones, y víveres como yautía, ñame, cebolla, ajo, bebidas gaseosas y whisky. Estos productos son vendidos en los poblados de Anse-à-Pitre, Jacmel, Thiotte y otras comunidades fronterizas, utilizando el dinero de sus ventas para comprar productos agrícolas en el mercado dominicano.
Los visitantes del mercado bilateral percibieron hoy una mayor seguridad en la frontera con la República Dominicana, en comparación con otras ciudades de Haití, donde temen ser asaltados por delincuentes. Esta percepción de seguridad se debe al despliegue de vigilancia y chequeos mantenidos por los soldados del CESFRONT, inteligencia, aduanas, migración y otros cuerpos de seguridad, desde la salida del mercado hasta los puestos de control
.El florecimiento del mercado dominico-haitiano en Pedernales refleja la dinámica comercial entre ambas naciones y también la importancia de mantener un entorno seguro y regulado para facilitar el intercambio económico y cultural en la región fronteriza.